Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, son dos de las figuras más importantes de la historia de España. Su reinado, que abarcó desde 1479 hasta 1516, fue un período de grandes cambios para el país, que culminó con la conquista del Reino de Granada, el último reducto musulmán en la Península Ibérica.
La muerte de los Reyes Católicos también fue un momento histórico. Isabel murió en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504, y Fernando la siguió el 23 de enero de 1516. En sus testamentos, ambos reyes expresaron su deseo de ser enterrados en Granada, la ciudad que simbolizó su victoria sobre los musulmanes.
Los restos de los Reyes Católicos fueron trasladados a Granada en 1521, durante el reinado de su nieto, Carlos I. Fueron depositados en la Capilla Real de la Catedral de Granada, un edificio que fue construido especialmente para albergar sus tumbas.
La Capilla Real es una obra maestra del Renacimiento español. El sepulcro de los Reyes Católicos, obra del escultor italiano Domenico Fancelli, es una de las piezas más destacadas del conjunto. La escultura representa a Isabel y Fernando yacentes, vestidos con sus ropas reales. En el sepulcro también se encuentran los restos de sus hijos Juana, Felipe el Hermoso y Miguel, así como los de su nieto Miguel de la Paz.
La Capilla Real es uno de los monumentos más visitados de Granada. Cada año, millones de personas acuden a este lugar para rendir homenaje a los Reyes Católicos, dos figuras que marcaron un hito en la historia de España.
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